Argentina pudo haberle ganado al campeón del mundo, olímpico y europeo.

Sí, seguramente más de uno podrá retrucar que no era por los puntos o que los azules tuvieron rotación en el equipo. Pero nuestra Selección jugó los 60 minutos de igual a igual, sin achicarse nunca, con dientes apretados y también, seamos justos, rotando a todo su plantel.

PRIMER TIEMPO

Aprovechando las transiciones y casi todas las segundas jugadas, Argentina pudo mantenerse siempre cerca de los galos, que se encontraron con un Negro García en su máxima expresión con 9 paradas. Otro punto alto de la albiceleste fue Gonzalo Carou, en titánica tarea emparejado muchas veces con Dinart y en líneas generales con un bloque defensivo durísimo en el que también repartían Gille y Karabatic. Con goleo repartido de prácticamente toda la plantilla y con muchos minutos para los más jóvenes, Argentina se fue al descanso sólo dos abajo y con clara promesa de más batalla en el complemento (13-15)

SEGUNDO TIEMPO

Pasaron muchas cosas en el complemento, pero hay dos que sobresalen especialmente. Por un lado, un arbitraje marfileño que se debatió entre la pobreza y el localismo. Por el otro, una selección argentina convencida y testaruda que olió sangre y sintió que podía dar el gran golpe de escena en París. Costó meterle un gol a Karaboue en los primeros diez minutos. Fede Fernandez se fue con una roja por lo menos opinable, mientras les bleus nos molían a palos en defensa. A los 9 minutos vivimos un pasaje de ciencia ficción años atrás. Después de una ráfaga de Maxi Ferro, los de Dady mandaban por dos (17-15) y si alguien pensaba que Francia regulaba, a partir de ahí salieron a matar aún más. Francia convirtió su primer tanto de la segunda etapa a los 10 minutos, lo que marca que la defensa nacional dio dura pelea y que Maciel también aportó lo suyo bajo los tres palos. Entramos en los últimos 10 uno abajo, corriendo y metiendo. Se sumó Migueles con un par de sablazos exteriores, Kogote dio el presente, Cánepa mandó adentro lo que tuvo y así Argentina puso en jaque en serio a los mejores del planeta.

Una vez más los jueces pitaron feo en un penal no cobrado a Carou y en una sanción de mínima curiosa en un foul inexistente a Abaló y la brecha se extendió a 3 goles que sería definitiva. En síntesis, no era por los puntos, pero por primera vez Argentina se le plantó al número 1 del mundo y le dio un dolor de cabeza bien visible en cada gesto de su técnico Claude Onestá. Mañana (10 AM por TyC Sports) habrá un curioso choque con Corea, que hoy cayó ajustadamente ante Croacia por 27-24, a cinco días del partido que abrirá el juego de ambos en el Mundial de Suecia. Por el momento, los partidos con Brasil en el Luna Park y este enorme rendimiento ante Francia, sólo dejan lugar para la ilusión.