IMPACTO, COMPROMISO, ORGULLO y FUTURO
Por Handball de Primera • 16 Feb, 2011 • Sección: ARCHIVO, SUECIA 2011Apenas cuatro palabras para sintetizar lo que nos dejó Argentina en este mundial, que con los años será el mojón histórico de un salto cualitativo para nuestro deporte.La primera de las palabras, IMPACTO, hace referencia al aspecto más remanido que hemos escuchado después de las victorias sobre Eslovaquia y Suecia. Una doble jornada que nos embriagó y nos puso dentro de una burbuja, temerosos de despertar y descrubrir que los reyes magos, en realidad, era la primera línea croata. Quiero decir, todos hemos ponderado dentro de nuestro shock que el handball finalmente se hizo de "interés general". Una cobertura mediática que superó holgadamente a nuestra pretensión de ser un deporte válido para Olé y las secciones deportivas de los medios grosos. "Che, bien lo del handball", me dijo con cara de conocimiento de causa mi suegro, que después de un par de años de dudar si su yerno jugaba al softbol, al voley o vaya a saber a qué cuernos con las manos, ahora marcaba con idoneidad que "este pibe Diego Simonet es cosa seria". Eso es masividad. No porque mi suegro sea un referente de masas. Porque si llegaste ahí, estás en la media del consumo deportivo. Cuando hablo de COMPROMISO, estoy pensando en la gente del handball. No de los convencidos, de los que están en el día a día, midiendo evoluciones apenas imperceptibles, más relacionadas con el ánimo de leer un crecimiento que a un diagnóstico certero. No, me refiero a los que están medio de costado con el deporte. Los que dejaron hace un par de años porque la vida los llevó para otras actividades. Los que largaron porque ya el deporte no los conmovía de la misma manera. Los que siguen jugando pero que están enfrascados sólo en la realidad de sus clubes o particularmente de SU equipo. Tengo tres amigos handbolistas vacacionando en Brasil. Son de los que hace tres semanas apenas conocían a la mitad del plantel. Hoy matan por un cyber brasuca para no perderse detalle. Esos también vibraron. Esos también se reengancharon como en el chinchón y hasta están volviendo a la actividad, o apuran de manera individual la pretemporada. La palabra ORGULLO puede tener varias interpretaciones. Pero en esta oportunidad la llevo al plano de la reivindicación. Practicamos un deporte que durante una enormidad de años no lograba salir de cierto pobrismo en materia de resultados, al menos para la óptica del que no conoce la cocina de esta disciplina. Había que "explicarle" a los no handboleros porqué era aceptable salir 18ª en un mundial, cuando la impronta del seguidor del futbol, basket, boxeo, formula uno, tenis, voley, hockey, natación y otros, tiene en su haber al menos una epopeya y de máxima una continuidad en materia de resultados. Esta falta de equivalencias nos ponía en un lugar looser a los ojos de quien ha festejado títulos mundiales u olímpicos con otros tamaños de pelota. Ahora podemos chapear, porque ya nadie te habla de "los muertos del handball". Qué, nunca te lo dijeron? El FUTURO llegó, hace rato. Sólo que estábamos ciegos o escépticos. Gracias a dios, podemos excluir al que suscribe de esos dos grupos. Ni siquiera el ambiente del handball pudo percibir masivamente lo que estas camadas venían sugiriendo en algunos casos y vociferando en otros. Y varios de los que lo veían lo minimizaban. Lo relativizaban. Hubo sí quienes predicamos en el desierto que habían nacido 4 o 5 pichos que estaban para hacer cosas grandes. Si Guadalajara no representa otra mueca del destino como lo fue Santo Domingo en 2003, este equipo nos dará por primera vez un pasaje olímpico. Hoy, despues de quedar más o menos 10 puestos arriba de Brasil en el mundial, soñamos más que nunca con extender la tendencia a los Panamericanos. Imaginate poder volver a verlos en Londres dentro de un año y medio, si ya estamos saboreando España 2013, con tantos integrantes de este plantel que habrán sumado muchas horas de competencia europea, seguramente en equipos de más renombre que los actuales. Nació otro handball argentino. Quizá no tanto puertas adentro donde nuestra estructura crecerá paulatinamente, a otro ritmo. Pero nació el handball argentino que tiene selecciones nacionales competitivas. Que saldrá de Ezeiza con mayor soporte de medios y ojalá de sponsorización, con mejores condiciones objetivas para no dar tantas ventajas a las superpotencias. Nació el handball de los que hoy tienen 14 o 15 años y se quejan del discurso de los que nacimos con quintos puestos continentales o que ni nos enterábamos que se jugaban mundiales de ese deporte que para nosotros era apenas un poco más que una actividad extraescolar. Vos creías que esto fue sólo ganarle a dos europeos y conseguir el mejor lugar de la historia mundialista argentina ? Dejame decirte que comenzó la etapa que ni llegábamos a soñar 15 años atrás. Qué emocionante lo que viene! Estas son mis cuatro palabras para tratar de sintetizar tanta emoción vivida en apenas dos semanas. Me gustaría conocer las tuyas…
Estoy plenamente de acuerdo con lo que planteas en la nota Hernán, es más, te voy a contar las situaciones que viví (antes del Mundial y durante el mismo, aunque una fue un comentario que me entere después del partido con Suecia): ya llegado a Mar de Ajó el 11 de enero, fui con mi hermano a buscar a un amigo que había llegado unas horitas antes que nosotros. Llego a su casa y me pregunta si iba a ver los partidos de la Selección (yo al ser el único handbolero del grupo, se sabía que cada 2 años estaba en mundial, y desde el 2007 veo todos los partidos dejando de lado los mediodías o las tardes en la playa), le respondo que sí; a lo que el retruca diciendo “- para que vas a ver a esos muertos si sabes que no le ganan ni siquiera a Indonesia” (textuales palabras). Lo miro con una vena enorme en el cuello, pero me sereno y le digo que esta camada iba a dar que hablar en el Mundial.
Pasaron los días y llego el debut contra Corea, firme contra el televisor, con mi familia (me sorprendió de mi papá que le haya dado tanta atención a los partidos que mire del Mundial -no solo el de Argentina-, ya que él es uno de los grandes opositores a mi decisión de haber dejado el futbol por el “futbol con la mano”) y mi amigo viendo el partido, luego del empate mi amigo me dice “no juegan mal, pero tendrían que haber ganado”. Luego de ver la derrota con Polonia por 1 en su casa, conmigo y con mi hermano, ya ahí la cosa cambio, Edelmiro, mi amigo, me dice que tenía razón sobre esta camada y que “ese que tiene la 6 es un fenómeno”.
Paso la victoria con el conjunto eslovaco (comentario de mi viejo cuando Pablo Monti dice que “- fue la segunda victoria contra un europeo”: “- ¿En serio?, no puede ser, y estos van a Mundiales…”) y llega el gran día, el gran partido…Decido dejar de lado el futbol en la playa (sacrilegio dijeron, pero la Selección estaba 1ro), y llegué a casa unos minutos antes de que empiece la transmisión (para ser más exacto media hora antes). Termina el partido, salgo eufórico (durante el mismo tocan la puerta de mi casa, mi vecino me pregunto por qué grito goles y digo “- vamos argentina!”, “- buena mati”, o “- grande chinito carajo!” –en referencia al pedazo de golazo que hizo– si no había ningún partido de futbol de Argentina) y estaban mis amigos llegando a mi casa para que vayamos al centro a jugar al pool y Edelmiro, que se había enamorado de la Selección me dice: “- le pregunte a los chicos si alguno sabia cuanto iba el partido; Adrian me dijo que deben ir 2 a 0 arriba, seguro que están en el segundo tiempo”-suponiendo que era como el futbol-, a lo que yo me rio y le tengo que explicar cómo es el deporte que tantos (y tantos) amamos, ya sea practicándolo o ya sin hacerlo, este último caso es el mío, que deje por problemas físicos, pero siempre estoy presente en una tribuna viendo a mis ex equipos, amigos de otros y amigas o dando una mano en la mesa de control.
Después de esa enorme epopeya nada fue lo mismo, ni la derrota contra Croacia por 18 alcanzo para que mis amigos se desengancharan del televisor, no se hablaba de otra cosa que de handball en el grupo (eso que los demás llegaron el 15 de enero y me dijeron que era increíble lo que se hablaba de de la Selección en las radios, en los diarios, en internet, en los noticieros…hasta en las calles). Para mi fue una satisfacción esto, ya que durante el Mundial de Croacia siempre tuve que escuchar comentarios negativos del handball nacional, ya dejaron de decir “- para que vas a ver a esos muertos…”.