Muchos colegas y gente del handball en general me preguntan cómo surgió la palabra Gladiadores para definir a nuestra Selección. 

Te cuento mis recuerdos personales al respecto, que no invalidan cualquier otra versión de los hechos. En todo caso sería complementaria. La única certeza es que todo esto lo viví en primera persona. No me lo contó nadie.

Se jugaban 15 minutos del segundo tiempo de la final del Panamericano 2010 en Chile y la Selección Argentina perdía por 7 goles con Brasil.

Nos miramos de reojo con Teo mientras transmitíamos para Handball de Primera como único medio en Santiago.

Debo reconocer que a esa altura yo ya estaba haciendo mentalmente el check in de regreso a Ezeiza, pero mi comentarista todavía creía. Seguramente por haber conocido desde muy chico al técnico argentino, con quien compartió muchos años de handball en River.

En ese momento Dady pidió minuto y sacó una defensa 3-3 que literalmente se comió a los brasileños y puso el partido en tiempo suplementario.

Si algún día será necesario encontrar la épica del origen de la palabra Gladiador no cabe duda de que habrá que remitirse a aquel 26 de junio de 2010.

No sólo porque en aquel relato se mencionó por primera vez la palabra Gladiador en un medio de comunicación.

Fundamentalmente porque fue la primera vez que este equipo logró transformar en un resultado de peso toda esa actitud para jugar que lo acompaño desde siempre.

Es decir, nuestros jugadores han sido Gladiadores desde siempre, aún en batallas perdidas en el resultado, pero que ayudaron a cimentar su mística combativa.

La palabra Gladiador nació, simbólicamente, en aquella defensa heroica que le torció el brazo a Brasil, encarnada en un principio en Pablo Portela, tirándose de cabeza por una pelota dividida que no sólo recuperó. Desde el piso asistió como un medioscrum para la memorable corrida de Fede Fernandez que le puso cifras definitivas a una final que sirvió para recuperar el título continental después de 6 años.

Pero más que nada, para marcar el hito fundacional de un equipo que iría al mundial de Suecia a darle varios dolores de cabeza a las potencias. Y que finalmente, abriría las puertas del cielo en Guadalajara 2011.

Así comenzó a utilizarse la palabra Gladiador en los medios. No antes ni después. Y seis meses más tarde, ya durante el Mundial de Suecia, tendría su amplificación después de esta nota:

http://www.handballdeprimera.com/2011/01/15/gladiadores/

Aún en aquella derrota con los polacos, asomaba el equipo que le ganaría a Suecia en su casa, entre otras páginas memorables. Porque no los llamamos Gladiadores sólo por ganar. Los llamamos Gladiadores por ese valor agregado que aún los mejores jugadores del mundo no pueden entender. Eso mismo que en varios deportes, hace del jugador argentino un valor imposible de emular.

Nos sentimos muy orgullosos por haber vibrado con esa palabra y por haberla transmitido de tal manera que hoy está en boca de todos los medios de Argentina y del Mundo. Ese es nuestro orgullo. Principalmente por haber sido testigos del nacimiento de una épica imborrable que será parte del ADN del handbolista argentino por décadas. Como Los Pumas o Las Leonas, salvando las distancias de lo que han logrado hasta acá unos y otros.

Es cierto también que hay quien sostiene que el nombre nació dentro del mismo grupo. Sin ir más lejos el Negro Cazón lo ha declarado días atrás a Terra. Es posible que haya habido simultaneidad al respecto. O que al cuerpo técnico se le haya ocurrido años antes. Pero al fin y al cabo, como decíamos al comienzo, tampoco es demasiado trascendente. Nadie pretenderá adjudicarse algo que es sólo mérito del plantel y su cuerpo técnico.

Nunca ha sido la intención de este periodista «chapear» con esto. Hasta hoy, básicamente por pudor, nunca lo habíamos mencionado. Pero simplemente nadie puede renunciar a la verdad. Al menos a la propia, independientemente del respeto que merecen las visiones de los demás.

Es decir, por qué uno debería mentir ante una pregunta directa sobre el origen del término, sólo para no perturbar a quién tenga otra lectura del tema ?. Qué clase de autoflagelación sería esa ? Quién puede pretender que otra persona diga que no dijo lo que dijo ? Qué derecho tendría yo en decirle al Negro que él no pensó ese término antes, durante o después de ese Panamericano ?

En fin, no son tiempos de polemizar ni de dividir. Si realmente el concepto Gladiadores se dio de manera paralela, celebramos esa sinergia positiva con la seguridad de haber sido los primeros en transmitirlo de manera masiva. Apenas un granito de arena en la difusión de nuestro deporte. Pero un granito de arena que nos llena de orgullo. 

Esto recién empieza y lo mejor está por venir

Hernán De Lorenzi
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